Los pilotos profesionales que participan en nuestro proyecto nos ayudan a difundir el mensaje de Pilotos por la Seguridad Vial impartiendo conferencias en preparatorias y univerdidades, y así colaboramos para reducir los accidentes en las calles y carreteras de nuestro país.
Existen dos definiciones básicas de seguridad vial:
1. Es la suma de condiciones por las que las vías están libres de daños o riesgos causados por la movilidad de los vehículos. La seguridad vial está basada en normas y sistemas con las que se disminuyen las posibilidades de averías, choques y sus consecuencias. Su finalidad es proteger a las personas y bienes, mediante la eliminación o control de los factores de riesgo que permitan reducir la cantidad y severidad de los siniestros de tránsito.
2. La seguridad en el tránsito no es asunto de una sola persona, sino de toda la sociedad. Es, por tanto, un bien común. Seguridad vial es la movilización, el desplazamiento libre y exento de todo daño en la vía pública. Implica prevenir posibles siniestros o accidentes de tránsito que, en su mayoría, son evitables si se toman las precauciones necesarias.
Con los problemas y exigencias que plantea la convivencia en el tránsito, el conflicto de relaciones que cualquier fenómeno social genera, se muestra aquí con mayor intensidad. En este ámbito es donde cada persona, desde su nacimiento hasta su muerte, es, al mismo tiempo, sujeto activo y pasivo, beneficiario y, eventualmente, víctima.
TRES ASPECTOS CENTRALES EN CUANTO A LA EDUCACIÓN VIAL Y LA SEGURIDAD EN EL TRÁNSITO:
A) No puede reducirse al simple, aunque necesario, conocimiento de normas y señales, o a consejos prácticos para movilizarse en los diferentes espacios y a la divulgación de conductas preventivas.
B) Los accidentes viales no suelen deberse a desconocimiento o ignorancia de las normas, sino a su inobservancia, es decir, a la falta de asimilación de los valores mínimos básicos de comportamiento.
C) El sentido profundo de esta educación radica en el desarrollo pleno de conocimientos y valores integrados a la personalidad del individuo. El respeto a las normas de tránsito y movilidad en los espacios públicos colectivos, así como la prioridad de la seguridad vial en ellos, no deben percibirse como algo normativo o impuesto, sino como un bien común.
Recomendaciones para circular en bicicleta del Manual del Ciclista Urbano.
Conoce todo el Manual del Ciclista Urbano de la Ciudad de México.
El conductor es quien tiene mayor responsabilidad, ya que debe de llevar con seguridad el vehículo que conduce. Su papel en los accidentes de tráfico se analiza desde el punto de vista legal por dos vías: la responsabilidad civil por daños a terceros y, desde el punto de vista penal, cuando su imprudencia, impericia, negligencia o violación de leyes y/o reglamentos provocan severas lesiones a otros o, incluso, la muerte.
Tanto en la conducción de vehículos comerciales, como en la conducción de cualquier otro tipo de vehículo, la actuación del conductor en la vía pública debe ser de acuerdo a los parámetros preestablecidos por la reglamentación de tránsito del lugar donde se está conduciendo.
Un buen conductor debe observar el uso de los elementos de seguridad pasiva, como los cinturones de seguridad y el apoyo para la cabeza, junto con las señales de tráfico y la velocidad adecuada para la circulación de acuerdo a las condiciones del tránsito o climáticas.
EL TRÁNSITO Y LA CONDUCCIÓN EN ZONAS URBANAS
Las características principales del manejo en zona urbana se asocian a la gran cantidad de intersecciones que hay que cruzar, y a veces sortear, durante un viaje de un lugar a otro. La aglomeración y diferentes situaciones en movimiento, de personas y vehículos, establecen un panorama que requiere de la atención permanente de quien conduce.
Destacan en este sentido las posibles actitudes riesgosas de los peatones y la circulación de vehículos sin protección para sus ocupantes, como lo son las motos y bicicletas en general.
La gravedad de las lesiones de los ocupantes en la mayoría de los choques en ciudad entre automóviles se debe al no uso del cinturón de seguridad. Obviamente, en el caso de vehículos más grandes involucrados en accidentes, las consecuencias pueden ser más severas. En cuanto a las motos y las bicicletas, las lesiones de sus ocupantes son de extrema gravedad.
EL TRÁNSITO Y LA CONDUCCIÓN EN ZONAS RURALES
Las diferentes características de las carreteras pueden hacer que las vías de circulación sean más o menos seguras. Es distinta la conducción en autopistas en comparación con la conducción en carreteras, permitiendo en el primer caso desarrollar más velocidad sin asumir tantos riesgos. Los accidentes de tráfico son menos frecuentes en carretera o autopista que los ocurridos en zonas urbanas, sin embargo, invariablemente son más graves. El factor determinante de la gravedad se debe a la velocidad de circulación.
En autopistas se pueden generar choques en cadena por condiciones climáticas o por la presencia de algún animal u otro riesgo sorpresivo, que terminan involucrando a una gran cantidad de vehículos. Generalmente este tipo de accidentes tiene como consecuencia lesiones múltiples y fallecidos. En relación con la carretera también se puede dar otro tipo de colisiones entre vehículos, como es el caso de choques de frente en carreteras sinuosas y con una línea demarcatoria apenas visible entre los carriles de ida y vuelta. También deben considerarse el despiste y los choques contra objetos fijos o volcaduras como consecuencias del mismo.
EL TRÁNSITO Y LA CONDUCCIÓN CERCA DE CENTROS POBLADOS
Existe un riesgo adicional cuando la carretera pasa por un centro poblado, ya que el conductor viene circulando a una velocidad “crucero” y sorpresivamente se enfrenta al tránsito de tipo urbano y a riesgos diversos, lo cual puede generar un accidente si no está alerta. Debe prestarse máxima atención a las señales informativas y adecuar la velocidad al cambio de situación.
EL TRÁNSITO Y LA CONDUCCIÓN NOCTURNA
El 90% de la información que recibe un conductor ingresa por la vista, hecho que evidencia la importancia de la capacidad de ver durante la conducción.
Las propias condiciones del conductor, el deslumbramiento por efecto del sol, las condiciones climáticas y la noche son ejemplo de ello. Los accidentes nocturnos son, por lo menos, tres veces más probables que en el día. Durante la noche todos los objetos son negros o grises. La percepción del relieve y la apreciación de distancia y velocidad no son iguales que durante el día. La noche esconde peatones, ciclistas, motociclistas, vehículos, baches, pozos y cualquier objeto que, por falta de señalización o por su color, se confunde en la oscuridad.
Para el manejo nocturno es fundamental el funcionamiento del sistema de alumbrado y la regulación y alcance de los faros, además de circular con luces intermitentes cuando las condiciones ambientales lo reclaman. Se puede ser muy hábil para conducir un vehículo, pero lo que no se ilumina no se puede ver y si otro conductor no nos ve, nosotros no existimos para él. Por ello hay que trabajar en aumentar las posibilidades de ver y ser visto.
Adicionalmente en la noche se está expuesto a situaciones de fatiga, sueño, encandilamiento, falta de percepción en distancia, circulación a alta velocidad, la influencia de alcohol por haber bebido, animales sueltos, señalización deficiente o inexistente, caminos en mal estado, puentes angostos, vehículos detenidos sin señalización, entre otros. Durante la noche los factores personales y los factores externos al conductor se combinan y aumentan el tiempo de percepción y reacción ante un problema.
No sólo la noche tiene riesgo potencial para los conductores, los períodos de amanecer y atardecer no ofrecen buena luz, a ello también se agrega la disminución de visibilidad en días grises o la generada por lluvia. No todos los conductores son conscientes de este riesgo, lo cual se observa cuando muchos vehículos circulan sólo con luz de posición o sin luces encendidas, aún en situaciones climáticas extremas, a pesar de que encender las luces posibilita el que sean identificados mucho mejor.
RECOMENDACIONES PARA CONDUCIR DE NOCHE O CON POCA LUZ:
Decálogo del Buen Conductor hecho por el Comité de Ensambladoras de Motos Japonesas
1. Use un buen casco que cumpla con la norma técnica y manténgalo siempre abrochado. El casco no es para evitar una infracción de tránsito. Recuerde que debe cambiarlo en caso de que el casco reciba un impacto, así en su apariencia externa se vea en perfecto estado.
2. Anticípese a las emergencias. Conduzca con prudencia y a la defensiva tratando de anticipar cualquier situación de riesgo. Recuerde que para otros vehículos usted puede llegar a ser invisible.
3. Nunca adelante entre dos vehículos ni por la derecha y recuerde que la motocicleta está diseñada para dos personas. Cualquier movimiento inesperado le puede hacer perder el control de la moto. Respete las señales de tránsito las cuales están diseñadas para proteger su vida y la de los demás actores de la vía.
4. Evite transitar sobre las señales blancas y amarillas de la vía cuando se encuentren mojadas y manténgase atento a los residuos de aceite dejados por otros vehículos (en estas condiciones no hay buena tracción con las llantas).
5. Use siempre las direccionales, stop, luz frontal y los espejos para indicar a otros conductores cual será su próxima maniobra y nunca los retire de su vehículo. El uso del chaleco reflectivo en la noche es una buena medida para salvar su vida.
6. Mantenga la presión de aire de las llantas según la recomendación del fabricante. Las llantas con exceso o falta de presión comprometen la adherencia de la moto al piso y hacen que la conducción se vuelva inestable. Recuerde hacer una inspección básica de su motocicleta antes de salir: revisar luces, frenos, llantas, nivel de aceite y pito. Atienda las recomendaciones de inspección y mantenimiento del fabricante.
7. Utilice siempre ambos frenos a la hora de detenerse. Trate de practicar la maniobra de frenado en una zona segura y despejada para que a la hora de una emergencia, pueda hacerlo sin problemas. Practique lo que le enseñaron en su curso de conducción.
8. Antes de voltear o girar por un cruce, mire a la izquierda, luego a la derecha y nuevamente a la izquierda. Esta maniobra sirve para asegurarse que un vehículo no aparecerá en el último momento.
9. Recuerde que la motocicleta no es un vehículo de carga. Consulte el manual de su fabricante para conocer los límites de peso y dimensión de objetos que transporte.
10. Maneje más despacio de lo que su capacidad y la de la moto se lo permita. En caso de que un vehículo ajeno, cometa una imprudencia o haya obstáculos en la vía, (peatones, huecos, etc.) usted tendrá los reflejos y la potencia que se necesitan para sortear la situación. Recuerde que la velocidad máxima en zona residencial es de 30 Km/h, en la ciudad 60Km/h y en carretera 80 Km/h.
Este decálogo se suma a una serie de acciones de responsabilidad social que viene adelantando el Comité a lo largo y ancho del país, buscando la preservación de la vida y una mejor convivencia entre todos los actores de la vía.
Existen dos tipos de señalamientos:
Señalamiento Vertical: son todas aquellas señales construidas con placas e instaladas a través de postes.
Señalamiento Horizontal: son las rayas, palabras, símbolos y objetos, aplicados o adheridos sobre el pavimento.
Señalamiento Vertical
Se clasifica en 3 tipos básicos que son:
Señales Preventivas
Son las señales de color amarillo que tienen un símbolo y que tienen por objeto prevenir a los conductores de la existencia de algún peligro en el camino y su naturaleza. Ejemplo de ello son las siguientes:
Señales Restrictivas
Son las señales de color blanco con un aro de color rojo y que tienen por objeto indicar la existencia de limitaciones físicas o prohibiciones reglamentarias que regulan el tránsito. Ejemplo de éstas son las siguientes:
La no obediencia de algunas de estas señales está tipificada con multas en los Reglamentos de Tránsito.
Consejos para la interpretación de un señalamiento vertical
Señales Informativas
Son señales con leyendas y/o símbolos, que tienen por objeto guiar al usuario por calles y carreteras e informarle sobre nombres y ubicación de poblaciones, lugares de interés, servicios, kilometrajes y ciertas recomendaciones que conviene observar. Estas señales se clasifican en:
Informativas de Identificación: Tienen por objeto identificar las calles según su nombre y las carreteras según su número de ruta y kilometraje.
Informativas de Destino: Tienen por objeto informar a los usuarios sobre el nombre y la ubicación de cada uno de los destinos que se presentan a lo largo de su recorrido. Su aplicación es primordial en las intersecciones en donde el usuario debe elegir la ruta a seguir según el destino seleccionado.
Informativas de Recomendación y de Información General: El objetivo de estas señales es informar determinadas disposiciones y recomendaciones de seguridad que conviene observar, así como cierta información general que conviene conocer.
Informativas de Servicios y Turísticas: Tienen por objetivo informar de la existencia de un servicio o un lugar de interés. Ejemplos:
De acuerdo con el Instituto Mexicano de Seguridad Vial:
LOS ACCIDENTES DE TRÁNSITO SON:
EL PAPEL DEL PEATÓN
El cumplimiento de las normas de tránsito puede salvar vidas, principalmente en zonas de tráfico. Se debe educar a los peatones acerca de los riesgos inherentes al tránsito. El peatón es uno de los protagonistas principales del tránsito: acciones como cruzar la calle en los lugares habilitados para ello, en los pasos peatonales, respetar el cambio de luz de los semáforos y no exponerse en horas o lugares donde la visibilidad o las condiciones climáticas son desfavorables, pueden significar la diferencia entre ser o no atropellado por un vehículo.
En la mayoría de los casos, cuando un conductor en su vehiculo advierte a un peatón muy cerca, es muy poco lo que podrá hacer para no embestirlo. Por lo tanto, es muy importante que, desde temprana edad, el individuo se integre a la responsabilidad como peatón en la vía pública.
EL PAPEL DEL PASAJERO
Una actitud proactiva hacia la seguridad puede ser asumida también por el pasajero de un vehículo.
Siempre hay algo que se puede hacer para viajar más seguros como pasajeros. Lo más importante es utilizar los elementos de seguridad del vehículo, como los cinturones de seguridad y, en el caso de las motos, los cascos. La responsabilidad como pasajeros consiste en entender que no deben viajar en un vehículo un número excesivo de personas o sobrepasar el peso de carga. También se manifiesta al no abordar vehículos cuyo conductor da muestras de no estar en condiciones de manejar.
Los mayores deben procurar que los niños viajen seguros como pasajeros, que lo hagan utilizando los diferentes sistemas de retención e impedirles que se sienten en la parte delantera del vehículo o en el regazo de alguno de los tripulantes.
Un pasajero también debe evitar movimientos bruscos o repentinos que puedan distraer al conductor, a quien además debe advertírsele si se visualiza algún peligro en el camino.